Next gen: La revolución de la (im)perfección

A aquellos que ya contamos con dos dígitos en nuestro cómputo de edad, siendo el primero de ellos el fatídico número 3, nos resulta innegable que durante este recorrido vital los sistemas de entretenimiento y de ocio electrócnico han ido con el paso del tiempo sofisticándose a pasos agigantados, posibilitando, por un lado, una estrecha competencia en un sector inicialmente monopolizado, y, por otro, proporcionar al jugador una experiencia de juego cada vez más inmersiva, espectacular, y cercana a la vida real, aunque bien es cierto que aún queda mucho camino por recorrer para que esa ficción sustituya a nuestra cotidiana rutina diaria (en este punto hago un inciso cinematográfico, recordando el posible futuro que el film "Los sustitutos" exponía, en un mundo donde las máquinas han tomado el mando y los humanos se limitan a la vida puramente contemplativa, algo que, particularmente, espero nunca suceda). No obstante, no es oro todo lo que reluce, y el afán de la industria del videojuego por lanzar máquinas más potentes, adelantándose sobre sus competidores, ha conllevado, en cambio, un descuido no sólo en la concepción de la máquina en sí, sino también en su rendimiento, provocando errores de hardware que han dejado en entredicho la imagen de sus creadores. Es el cáncer de la nueva generación, y que ha despertado la furia de muchos usuarios. Repasemos algunos de estos fallos críticos.

Microsoft fue la primera compañía en aventurarse a publicitar su nueva creación, Xbox 360, una consola cuyas funciones no se limitaban al mero entretenimiento a través de la inserción de videojuegos en formato DVD, sino que ha apostado por otros servicios, como la potenciación de funciones online, chats de voz, videoconferencia, reproducción de películas bajo descarga digital, redes sociales, etc. ofreciendo con ello una experiencia que iba más allá del habitual ocio en solitario o en cooperativo local al que estábamos acostumbrados. Por otro lado, su innovación técnica suponía un paso más allá en la evolución tecnológica, lo que propició un período de dos años donde Microsoft contó con plena libertad y ausencia de competencia, otorgándole un puesto privilegiado en las listas de ventas, a pesar del elevado precio de su producto. Todo pintaba de color de rosa para Gates y cía., pero comenzó a propagarse la rumorología en foros acerca de la existencia de un error en el funcionamiento de la consola propiciado por un error en la ventilación y que acarreaba un sobrecalentamiento de la máquina, afectando a su placa base y conllevando su envío a Alemania para proceder a su reparación o sustitución por parte del Servicio Técnico. Fue conocido como el temido error del "anillo rojo de la muerte". Tras este nombre tan "tolkieniano" se escondía un fallo de hardware que hacía acto de presencia mediante una congelación de la imagen, que invitaba a reiniciar la consola, momento en el que ésta advertía de la anomalía mediante el encendido de tres luces de color rojo en el anillo que identifica los controladores o jugadores sincronizados con la consola. El problema vino cuando este hecho no se convirtió en una mera anécdota reservada a aquellos que pasaban horas y horas con la consola encendida, sino que surgía, sí o sí, en todas las máquinas, con independencia del nivel de uso que se le diera. Tarde o temprano, toda Xbox 360 tenía una fecha de caducidad, debido a un error en la cadena de montaje y que evidenciaba falta de la diligencia debida en el proceso de fabricación, algo que podría responder a criterios puramente mercantiles de compra de materiales a bajo precio o de dudosa calidad, abaratamiento notable de costes, pero que repercutían en un producto que salía al mercado a un precio no apto para todos los bolsillos y, evidentemente respondía a un producto de lujo. Microsoft "agachó las orejas", reconociendo la evidencia del error, y amplió a todos los propietarios de una Xbox 360 el plazo de garantía de dos a tres años, lo que no hizo sino confirmar que toda máquina sería víctima de este crítico fallo durante dicho período.


Para regocijo de la comunidad sonyer, la práctica totalidad de los usuarios de Xbox 360 han sufrido este error en sus carnes.

Por su parte, Sony ya era consciente de la catástrofe en la que había incurrido la competencia directa, y lanzó al mercado Play Station 3, dotándola de una función Blu Ray, lo que le convertía en uno de los reproductores de dicho soporte más asequibles del mercado, además de funciones online y compatibilidad con su portátil PSP. Las comparaciones no se hicieron esperar y la comunidad Xboxer más radical inmediatamente sacó a la palestra la inferioridad técnica del producto de Sony, a pesar de su menor antigüedad y su, en teoría, mejor potencial tecnológico, regido por el cacareado chip Cell (del que luego ciertos analistas de Sony han renegado). Es indudable que el nombre de Sony vende, y mucho más la marca PlayStation, que ha pasado de ser una opción dentro del mundo de las videoconsolas a ser la generalización del ocio electrónico (no en vano, no es extraño escuchar la frase "jugar a la play", usada en un concepto global de disfrutar de una sesión videojueguil), por lo que, y a pesar de su precio, que rondaba los 600 Euros, PlayStation 3 fue comiendo terreno a nivel de ventas a Xbox 360, aunque sus primeros títulos no revelaban una superioridad manifiesta sobre su competidora directa. PlayStation 3 se alzó durante un tiempo como una consola robusta, y no lo digo sólo por su enorme envergadura, con un sistema de seguridad que la proclamaba como imposible de "piratear", y que apostaba por el futuro, entendiendo por tal la confianza en las descargas digitales y en la alta definición. Pero, como decían en "Con faldas y a lo loco", "Nadie es perfecto", así que PS3 no se libró de los errores de sobrecalentamiento que azotaron a Xbox 360, manifestado en una luz amarilla en el led de encendido que imposibilitaba el arranque de la consola. Es de justicia decir que este error hizo acto de presencia mayoritariamente en las primeras máquinas, aquellas que contaban con un disco duro de 60 Gb y que ofrecían retrocompatibilidad con juegos de PS2 (y que en versiones posteriores se eliminó) y que no fue un fallo generalizado, como sí ocurrió con Microsoft.

PS3 se convirtió en un semáforo, del rojo pasó al amarillo

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Este dicho quizás sea el que ha sentado las bases del error más sangrante, a la vez que esperpéntico y risible, que asoló, de nuevo, a los propietarios de PS3. Aún recuerdo en los albores del año 2000 el miedo que se propagó a través de los medios de comunicación con el crash informático que suponía el cambio de siglo y milenio, advirtiendo que volveríamos, informáticamente hablando, a 1900. Como suele pasar, el pánico quedó en agua de borrajas, puesto que ninguna de esas predicciones finalmente cobró forma. Pero nadie pensaba que este efecto iba a tener repercusiones diez años más tarde. Así, a las 00:00 horas del 1 de marzo de 2010 la consola consideró el presente año como bisiesto, por lo que el 1 de marzo pasó a ser el 29 de febrero, lo que ocasionó un desbarajuste que eliminó listas de trofeos de los jugadores, impedía el acceso a PSNetwork, así como el acceso a juegos que contuviesen trofeos (más del 90% del catálogo de PS3). La alarma saltó en las oficinas de Sony y durante todo ese fatídico día todo aquel poseedor de una PS3 antigua (el modelo fat) no pudo (o no debió) hacer uso de su flamante consola. Un error de configuración que era impropio de una compañía de tal repercusión mediática como Sony que, aunque se tratara de una anomalía temporal, la duda recae sobre si volverá a ocurrir lo mismo el año que viene, y sucesivos.
El reciente error 8001050F, que desató la ira en los foros y sacó los colores a Sony

En nuestra normativa, el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, establece en su artículo 123.1 que "El vendedor responde de las faltas de conformidad que se manifiesten en un plazo de dos años desde la entrega". Resulta cuanto menos paradójico que la garantía, que actúa en la práctica como un escudo protector para el consumidor a efectos de posibles reclamaciones por imperfecciones en los productos adquiridos, su utililización se convierta no en la excepción, sino en la norma general, provocando que una gran multitud de consolas adolezcan de taras manifiestas en su fabricación, y que, tarde o temprano, van a desplegar sus efectos, provocando incluso la inutilización de dichos aparatos. Desde el punto de vista estrictamente jurídico, la garantía no debe servir como un colchón para los fabricantes que les permita elaborar sus productos con materias primas adquiridas a bajo coste y dotadas de una calidad ínfima, que a buen seguro desembocarán en errores que repercutirán al comprador, sino que dicha garantía debe servir como un compromiso por parte del hacedor del producto de cara al comprador, que al fin y al cabo deposita su confianza en los mínimos de calidad exigibles a productos con un alto grado de sofisticación, que no sólo sirven para el mero ocio electrónico, y cuya adquisición exige un esfuerzo económico notable por parte del consumidor, quien, en ningún caso, debe ser la víctima de un erróneo y complicado proceso de concepción y elaboración de un artículo tecnológico.

Nótese que en este artículo no se ha incluido referencia alguna a Nintendo Wii, pero cualquier acercamiento a la misma supondría haber traicionado el espíritu del título de dicho artículo, donde se acota la exposición a la next gen. De hecho, hasta la fecha Nintendo Wii no ha presentado síntomas de errores fatales, como sí lo ha hecho Sony y Microsoft, lo que ratifica la teoría de que Nintendo Wii pertenece a las consolas de antaño, aquellas que sólo fallecían por puros actos vandálicos del jugador. No pretendo herir la sensibilidad de los defensores de Nintendo, al fin y al cabo, disponen de la consola líder en ventas y la más fiable a efectos de seguridad, por ello Nintendo es una raza aparte, comprendida o no. Pero esa es otra historia...

Como muchas cosas en este mundo, conviene tomárselas con el sentido del humor necesario, y así ha sido cuando el reciente error que afectó a miles de consolas PS3 de todo el mundo fue plasmado en un video trucado que advierte que hay determinadas personas a quien no debes "tocarle las narices". Sony, estás advertida.

Debo advertir previamente de la presencia de palabras malsonantes en el presente video.

7 comentarios:

Víctor Fernández (Gen.Harris) dijo...

Un gran artículo, Angus. Es lamentable ver la calidad técnica de las consolas de hoy en día; defectos de los que nadie se libra en esta generación. Parece que las consolas heredan muchas de las peores cosas del PC y muy pocsa de las buenas...

Mi Xbox 360 todavía no ha muerto -milagrosamente- y mi PS3 de 60GB sigue funcionando sin ningún problema. Espero que sea así por mucho tiempo.

Unknown dijo...

Y los más triste es que probablemente no sea cuestión de dinero, sino de tener la consola bajo testeo el máximo tiempo posible con un grupo competente de ingenieros. Veremos cómo avanza la cosa en la next-next-gen. Gran artículo, Angus.
PD: ¿Es muy triste que la única consola que haya llevado a reparar sea la Wii?

mosqui dijo...

Harris tus consolas siguen bien por que apagadas no se estropean. xD

Gran artículo Angus, aunque he de decir que a mi Wii le aparecieron los míticos puntos verdes por sobrecalentamiento de la GPU, aunque después de la última actualización desaparecieron por arte de magia, fue como un milagro, sin explicación. xD

Víctor Fernández (Gen.Harris) dijo...

Oscar, reitero que aunque no me conecte a PSN no quiere decir que no juegue. Para que le dedique horas diarias a esto tiene, para empezar, que existir un juego que me llame la atención y desde Street Fighter IV eso no ha vuelto a pasar (en 360).

Por ejemplo, Heavy Rain me lo acabé hace nada, pero tú me has visto conectado durante ese tiempo? :P

Rincewind dijo...

Un trozo de historia contemporánea de los videojuegos, si señor, discrepo, mi vieja Mega Drive a veces fallaba, eso si soplando la ranura de los cartuchos se arreglaba, ingeniería fina fina.

DaDy dijo...

No sólo es grave todos estos fallos que comentas, sino que además cuando una consola acaba fallando, el usuario se suele comprar la misma para no dejar huérfanos a los 20-30 juegos que suele tener... Y claro, esto encima beneficia a las compañías... Cuanta gente conocéis que despues de petarle la Xbox360 por las tres luces rojas fuera de garantía se ha comprado otra?

Vitote dijo...

Con la de veces que se cayó mi Master System y como si nada. Si hay un holocausto nuclear me haré una chabola con Game Boys porque también eran duras de c*j*n*s. Hoy en día son mucho más frágiles que cualquier portátil o cualquier móvil.

Es para lanzarles una Cube directamente a la cabeza

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