Cuando sagas legendarias como Street fighter, King of fighters, Fatal fury o Mortal Kombat hoy forman parte de la cotidianeidad videojueguil, e incluso para algunos sirven como referentes a la hora de clasificar un determinado título, bien es cierto que resulta un acto de sabiduría remontarse a los orígenes, al germen de ese género de lucha uno contra uno que actualmente se encuentra un tanto sobreexplotado gracias, en gran parte, al afán de las desarrolladoras por eternizar sagas y sacar así un rendimiento a un producto que suele funcionar a las mil maravillas en el mercado por la gran aceptación de su mayoritario público. Por ello, remontándonos a 1987, época en la que Nintendo NES y Sega Master System libraban una encarnizada pugna por auparse como líder de ventas en el campo de las videconsolas domésticas, aún los ordenadores de 8 bits gozaban de buena salud , aunque la amenaza del PC y de Commodore Amiga se cernía sobre ellos. Así, la compañía británica Palace Software, inspirándose en el díptico cinematográfico protagonizado por Arnold Schwarzenegger del mítico personaje de cómic Conan, publicó Barbarian, un juego de lucha one on one que desafió las estrictas normas censoras y abrió las puertas a un nuevo género que daría jugosos frutos en la posteridad.
Resulta imposible borrar de mi memoria aquellas tardes de sábado donde, quien suscribe, con gran ilusión y una desmesurada impaciencia, cogía el autobús urbano dispuesto a disfrutar, en casa de mi amigo Gabriel, (un saludo allá donde estés, mi buen amigo), de una intensa sesión de Barbarian. Se trataba de mis primeros flirteos con un ordenador, y mi adaptación al uso de las teclas para manejar un personaje se antojó dura y costosa, mucho peor que un curso de mecanografía. Aquel Amstrad CPC que se alimentaba de discos rígidos cuyo lector reproducía a la velocidad de la luz era toda una revolución tecnológica para quien no había visto más videojuegos hasta el momento que la Atari 2600, las Game & Watch de Nintendo y la pantalla de menú de Super Mario Bros en la televisión expuesta en El Corte Inglés de mi ciudad. Podíamos pasarnos horas y horas pegados al ordenador, el aburrimiento no visitaba en ningún momento aquella habitación, y la madre de Gabriel, resignada, nos invitaba a hacer una pausa con una rica merienda (la pausa del guerrero no podía tener mejor sabor que aquel bocadillo de Nocilla).
No eran gráficos de nueva generación, ni bandas sonoras orquestadas, pero Barbarian era capaz de atraparte durante horas
Barbarian recogía el espíritu de Conan y ofrecía al jugador una propuesta tan sencilla como divertida, al más puro estilo circo romano debería luchar en intensos combates con un único fin, sobrevivir. El juego permitía la posibilidad de que dos jugadores se enfrentaran entre sí, compartiendo teclado o bien mediante joystick. Este sin duda era uno de los modos que más "piques" despertaba entre los usuarios, y es que la sensación de humillar a tu rival mediante un fino y tajante corte de cabeza no tenía precio, pero no adelantemos acontecimientos. El modo de jugador en solitario daba la opción del entrenamiento o la competición . En el primero de ellos, y con el fin de familiarizarnos con los controles, un bosque nos servía como escenario de fondo para luchar contra un enemigo tras otro, mientras que el modo competitivo consistía en derrotar a siete bárbaros, a cada cual más difícil, para dar paso al final boss, un mago que eliminaríamos con un solo golpe, pero que nos pondría las cosas difíciles pues nos lanzaba unas no muy amistosas bolas de fuego. Toda la acción se desarrollaba en un único escenario (salvo en la versión PC, que disponía de dos), y no existía ningún tipo de scroll, de modo que el combate quedaba limitado a los márgenes de la pantalla, 2D puro y duro.
Logro desbloqueado: Tu rival ha perdido la cabeza
Como en todo juego de lucha que se precie, la consabida barra de energía es elemento fundamental y característico de este género. Barbarian no era una excepción, y ésta venía representada por seis círculos rojos que iban mermando por mitades a medida que recibíamos golpes de nuestro enemigo, y viceversa. Podíamos abalanzarnos contra nuestro enemigo rodando por el suelo, patearle, dar cabezazos, golpearle por alto con la espada, voltearla, atacar por bajo, esquivar un ataque mediante un salto, etc., la variedad de movimientos no sólo era numerosa sino que resultaba muy intuitiva. Pero el elemento definidor de este juego, y a su vez el que suscitó más polémica, fue la posibilidad de acabar con la vida de nuestro rival sin necesidad de agotar su barra de energía mediante un certero movimiento que implicaba un explícito degollamiento, y que levantaba al jugador de la silla haciéndole presumir por tan sublime acción. No encuentro más influencia a los conocidos fatalities de Mortal Kombat que este mítico momento de la historia de los videojuegos. Además, cuando esto ocurría, una rana aparecía en escena y, tras patear la cabeza desligada del inerte cuerpo, se llevaba el cadáver del guerrero. Elementos de humor negro que no hacían sino añadir frescura y comicidad a un juego que en absoluto efectuaba una apología de la violencia sino que era consciente de su carácter autoparódico, cosa que desgraciadamente no fue comprendida por las autoridades de algunos países, entre ellos Reino Unido, que no vieron con buenos ojos el hiperrealismo desplegado por este juego (baste recordar que en aquel momento Margaret Thatcher era la primera ministra).
La superioridad técnica del juego en Amiga y Atari ST era evidente
A nivel gráfico, Barbarian cumplía con creces, mostrando un colorido y conseguido detalle, tanto en escenarios como en personajes, siempre dentro de las limitaciones impuestas por la paleta gráfica del Amstrad CPC. Obviamente, el aspecto gráfico de la versión de ZX Spectrum era muy inferior (aunque éste gozaba de diversos escenarios), mientras que la de Commodore 64 era bastante similar a la mostrada por Amstrad. Las conversiones a Amiga, PC y Atari ST sí que eran un espectáculo visual para la época, ricas en detalles y muy fluidas en cuanto a sus animaciones. No obstante, y en especial referencia a la versión de Amstrad CPC, esde justicia reseñar la gran calidad y la suavidad de las animaciones de los personajes, tanto cuando voltean, como cuando blanden la espada, saltan o realizan el movimiento giratorio de cortar la cabeza. Un sistema de controles accesible ayudaba en mucho a la fácil adaptación al juego, logrando que el jugador en absoluto se desesperara y consiguiera, en poco tiempo, hacerse con el manejo total del guerrero.
Barbarian II se alejó del esquema original, y apostó, sin éxito, por el beat'em up de scroll lateral
En cuanto al apartado sonoro, hay que diferenciar las versiones de 8 a las de 16 bits, encontrando severas diferencias entre las versiones inferiores. Spectrum se llevaba la peor parte, ya que no existía música y los efectos de sonido se limitaban a dos. Las versiones de Amstrad y Commodore 64 incorporaban fanfarrias breves y aisladas y un elenco de efectos de sonido variado y más fiel a la realidad. Amiga y Atari ST eran las únicas adaptaciones que poseían voces digitalizadas, con gritos de dolor o frases como "Prepare to die", que curiosamente fueron extraídas de la película "El guerrero rojo", dirigida por Richard Fleischer en 1985 y protagonizada por el propio Arnie. Apartado sonoro que simplemente ilustraba con justa solvencia el fragor de la batalla sin que su presencia destacara en exceso, y es que no era el aspecto técnico lo que sobresalía de Barbarian, sino su extrema adictividad y su incesante rejugabilidad.
Barbarian (o Death Sword en EE.UU.) corriendo en PC, en su versión CGA
A día de hoy Barbarian sigue siendo uno de los juegos que marcó mi infancia (y no sólo por la cantidad de bocadillos de Nocilla que conseguí gratis, que también), y es que muchos juegos que hoy se consideran pioneros han de rendir pleitesía a este juego que sentó las bases de lo que hoy conocemos como cotidiano y se atrevió a ir un paso más allá en busca del público adulto, lo que le reputó más inconvenientes que ventajas, pero que, a todas luces, resulta plausible pues trató de innovar en un sector donde era mucho mejor valorada la originalidad que la vanguardia técnica. Por ello y por su concepción de juego, con todas las letras, Barbarian merece un lugar privilegiado y un nostálgico y recóndito rincón en el corazón de todos los gamers de vieja escuela.
3 comentarios:
Fenomenal retro-análisis... ¡Viva lo rancio! xD
Interesante retro, Angus. Este juego coincide justamente con la época dorada de Conan el bárbaro y, pese a la época era un título bastante violento.
Madre mia, se me saltan las lagrimillas. Yo lo tenia en el Amstrad CPC 6128 (con unidad de disco, ojo) pero con un maravilloso monitor de fósforo verde. No se las horas que pude echarle a ese juego....
Bravo y gracias por traernos estos recuerdos...
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