Corregir el rumbo



Me pregunto a menudo acerca de la dirección que está tomando esto de los videojuegos. Me doy cuenta que el juego electrónico como tal, ha echado raíces en nuestra sociedad. Se ha ramificado y abarca ya a todo tipo de públicos. Ya no es tan raro eso de conversar acerca de nuestras últimas hazañas con un compañero de trabajo. Las marujas de administración, que hace unos años te hubieran mirado como a un bicho raro, hoy agachan la cabeza avergonzadas porque anoche se pegaron dos horas en el “Farmville”. Los videojuegos ya casi no son “cosas de niños”. Algo hemos avanzado. 
El caso es que echando la vista atrás, recordando los tiempos de las Game&Watch y los Salones Recreativos, te das cuenta de que ya queda relativamente poco del espíritu de aquellos titubeantes primeros pasos de la industria.

La filosofía del videojuego ha cambiado. Sobre todo en los últimos años. Me sorprendo al constatar que entonces los juegos se basaban en el reto. Una suerte de ensayo y error basado en la memorización y naturalización de una serie de gestos en un tempo controlado. Reflejos y habilidad. Las horas dedicadas a jugar no se invertían en desarrollar un argumento. ¡Qué va! Esas horas se dedicaban a superar un par de pantallas del “Ghosts´n Goblins” de turno. 
Hoy ya no es así. Por supuesto quedan auténticos retos jugables. Y gracias a los desarrollos más indies no se ha perdido ese estilo GameAntecesor, pero es cierto que cada vez el público demanda menos este tipo de propuestas.
El reto ahora se ha trasladado a Internet. Batir a otro jugón en el modo online es lo que triunfa. La evolución ha consistido en dejar la IA rival en manos de otro cerebro. Creo que en este caso si podemos decir que menos es más. ¿No os parece?

El modo campaña, en cambio, se ha desarrollado mucho más. Ha perdido la dificultad que suponía antes. Ya no hay ensayo-error. Es más dinámico, más rico en todos los aspectos excepto en su naturaleza como juego electrónico. El single player no está pensado para que repitas una y otra vez la misma fase hasta perder el hilo argumental. Suele ser fácil. Se ha derivado hacia el concepto de películas interactivas en las que priman más los aspectos cinematográficos que los jugables. Son muy divertidos este tipo de juegos. No seré yo quien critique este camino, máxime después de disfrutar autenticas joyazas como “Metal Gear”, “God of War” o, como no, “Heavy Rain”. Imaginemos un “Uncharted” con fases de plataformas ultradifíciles, a la vieja usanza. Imaginemos como se desvanece ese genial argumento en cada repetición de un salto. Como pierde fuerza el guión al crecer la dificultad. No merece la pena. Para grandes retos, las viejas glorias, el Online, o las propuestas que de verdad buscan ofrecer eso mismo.

A parte de estos dos tipos de videojuegos (el competitivo y el narrativo, por llamarlos de algún modo), suelo diferenciar también una tercera especie: el acumulativo. Seguro que a cualquiera se le ocurren una docena de ejemplos sólo con esta escueta descripción. Se basan en el coleccionismo como instinto primordial característico del ser humano. Así, coleccionamos relaciones sociales virtuales en los “Sims”, o acumulamos level en un MMO cualquiera, por no hablar de Pokemons varios, “monster Hunters” o las tan de moda granjas-acuarios-islas en Facebook.

¿Adulto o infante? ¿Qué parte de nosotros aflora cuando tomamos el mando?

El caso es que, independientemente de cómo veamos cada uno de nosotros toda esta evolución (por supuesto la simplificación que hago en los párrafos anteriores no es si no una mera apreciación personal), es un hecho innegable que los juegos han alcanzado un nuevo estadio de madurez, han crecido al tiempo que se adaptaban a unos jugadores cada vez mayores y más exigentes. No me extrañaría ni lo más mínimo disfrutar de verdaderos pornojuegos en unos años.

El ocio electrónico ha madurado, nosotros como jugadores lo hemos hecho cambiar. Los medios, sin embargo, parecen haberse quedado por el camino. Y es que esta diversificación del concepto de videojuego parece que no termina de comprenderse dentro del propio mundillo. No faltan analistas que muestran su descontento por las “fáciles fases de plataformeo” de “Enslaved”. O quien considera “Demon´s Souls” una sucesión de “pruebas a ver si sale”
Personalmente, me da igual que el nuevo “Castlevania” no sea “tan duro”, “tan Castlevania” o “tan 2D” como sus antecesores. El argumento es creíble dentro de la saga, y el estilo de juego se adapta como un guante a la historia que nos cuenta. ¿Cómo se le ocurre a nadie compararlo con SOTN? ¿Desde cuándo valoramos un bodegón de Goya comparándolo con otro de Picasso? ¿Ahora va a resultar que “Ben Hur” es mala porque nos gusta más “Espartaco”? Mas nos valdría empezar trabajar otro tipo de análisis, fijarnos en los fallos por que realmente son fallos, y no porque son aciertos en otros juegos. En definitiva, no dejarnos llevar por las expectativas que tenemos puestas en cada título. Hay que disfrutar de cada propuesta sin compararla con otros juegos de su propia saga o género.

En ocasiones, el ansia por un juego impide que seamos justos al valorarlo

Debemos empezar a valorar cada jugabilidad como parte de la puesta en escena global de los desarrolladores, no cómo nos gustaría que fuera. La impresión final que nos deja un juego es lo que vale. ¿Me he divertido o me he aburrido? Por que será bueno o malo, pero es tal cual lo hemos jugado. Este tipo de madurez es el que encuentro yo a faltar en el sector. Como jugador me puede gustar más la primera parte de “Bioshock”, pero no es bueno analizar un juego tomando como base sus antecedentes. Nos arriesgamos a enfocar nuestra opinión desde un punto de partida prefijado, perdiendo la perspectiva de lo que realmente estamos viendo. Y conste que yo soy de los primeros que puso el grito en el cielo cuando vio “Resident Evil 4”... Eso no era un RE... Ahora me doy cuenta de mi error. Será que como dice mi madre, por fin me ha entrado el conocimiento. Tal vez deba rescatar del trastero todos aquellos pobres juegos que desprecié en su día por no resultar lo que yo quería que fueran. "Metal Gear Solid 2", "Silent Hill 4", "Doom 3", "Final Fantasy XIII, XII, XI, X-2..." Seguro que me llevo alguna sorpresa…

2 comentarios:

Dennis el Azul dijo...

¡Muy buen artículo, sí señor! ¡Tienes más razón que un santo con todo lo que has dicho! n_n

Shinja dijo...

Muy bueno el artículo.

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