Mi médico me ha advertido repetidas veces que no debo quedarme hasta altas horas de la mañana contemplando las fantambulosas presentaciones que hacen las desarrolladoras durante el E3. Pero como buen: Never, never, never... No le hago caso. Acabo cayendo en el pozo del más absoluto HYPE hasta el punto de que no puedo contenerme, no puedo resistirme a tocarla... No debo... Me resisto con dificultad mientras bajo la mano hacia el bolsillo para... coger la cartera. ¡NO! ¡Esta vez no! ¡No quiero gozar con mi tarjeta de crédito!
No voy a reservar ninguna edición coleccionista, no voy a pillarme el juego X después de ver un fantástico trailer que me ha dejado loquito de emoción. Hoy no. Tengo que buscar una manera de evitar el bombardeo de notas de prensa, los trailers que van a apareciendo por twitter, los gritos de placer de los Enchantmets por mumble! Esto es demasiado... ME3, DarkSouls, DarkSiders 2, etc... Me corre el sudor por la frente, se me humedecen los labios y empiezo a recordar de nuevo en mi mente, una y otra vez, que tengo cuenta de PayPal. ¡Noooo!
Estoy en un problema, los golpes de mi cabeza contra la mesa no acaban con mi sufrimiento, es más me acuerdo de los interrogatorios del último Splinter Cell... ¿Habrán anunciado el siguiente? Ya estoy otra vez, me acerco lentamente al ratón tanteando el enlace del navegador para ver esa conferencia en stream. Vuelvo a caer. Gracias a los dioses mi compañero de piso está ocupando el ancho de banda a las 3 a.m con alguna perversión mejor. No carga. Sonrío como un yonky en tratamiento que se acaba de dar cuenta que lo que se iba a meter era tiza. La sonrisa del patetismo, del demente Jocker ¿Qué puedo hacer? Ahora sé que Batman luchará contra Catwoman y yo no soy más que un desecho de Arkham, llorando mientras ríe en su celda.
Tengo que acabar con todo esto. Y lo puedo hacer. Me lanzo corriendo al frigorífico en busca de, si chic@s, un pepino. Un mordisco y rezo para que esos alemanes tenga razón, ¿o es otro conato de su manía con censurar casi cualquier cosa? Tal vez. Trago con dificultad y me fijo en los destellos del modem... ¡Él! Maldito causante de todo mi mal. Corro hacia él arrastrándome para apagarlo antes de que se descargue un vídeo más. ¡Tack! Al fin.
Paz... por fin un poco de paz. Empapado en sudor miro a mi alrededor, una Xbox360 me mira con desprecio desde el extremo del salón. Se abre una puerta, entre la luz surge una figura familiar: "¡Ey Toño! ¿Por qué te has cargado la conexión? ¡Me voy a tener que volver a descargar otra vez esa parte de The Albino Fucker 2!" El muy pervertido lo enciende sin ninguna compasión, otro juego que me tengo que comprar. No hay manera, tengo que volver arrastrándome a la habitación. Me acerco de nuevo a la pantalla del ordenador, aunque triste por no haber sido capaz de contener al E3. Sonrío entre la desgracia. Soy patético pero me encanta. Lo tengo que reconocer, ¡viva el HYPE y la madre que le parió! Lo reconozco, soy tu esclavo. Tú eres mi dios. Al fin y al cabo, si no fuera por esto de que iba a escribir una alma de pena como yo. La fiesta del Gamer comenzó, ¡bienvenidos al E3! La drojaina más pura del sector. A disfrutar.
1 comentarios:
Yo creo que, pese al fondo rancio, pasado y populista, el E3 es la auténtica salsa de la industria del videojuego. Este año lo seguiré más que nunca :).
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