"La avaricia se ha adueñado de tal manera de los hombres que, en vez de ser ellos los que poseen las riquezas, parecen ser éstas las que los poseen a ellos." Plinio.
Se ha abierto la caja de los truenos, y Electronic Arts ha sido quien ha tenido el dudoso honor de consagrarse como pionera en la lucha contra la segunda mano. Y es que a nadie le extraña que, en épocas de reajustes económicos, las distribuidoras, como cualquier otra entidad de ánimo mercantilista, deban buscar opciones alternativas que logren reavivar, cuando no salvar, sus arcas en pos de una estabilidad a corto o medio plazo. El problema estriba cuando esas vías no sólo afectan de manera inmediata y directa al usuario, verdadero motor e impulsor de la industria, exigiéndole un sobreesfuerzo a modo de desembolso extra, sino que limitan y hasta vulneran sus derechos en su condición de consumidor. Es aquí cuando se plantea la disyuntiva sobre cuál es el límite de permisividad que se le puede otorgar a una entidad privada para dictar unas normas de mercado que constituyan flagrantes ataques a la libertad de aquellos quienes sustentan la jerarquía piramidal. del sistema industrial. Caballeros, el mundo se acaba, ha nacido el online pass.
A principios del mes de mayo los rumores cobraron forma y Electronic Arts dio rienda suelta a su afán por intervenir el mercado de segunda mano, algo que había venido cocinando a fuego lento tiempo atrás. Online pass supone un sistema que permite al usuario que ha adquirido un videojuego a través de dicho mercado acceder a las funcionalidades online del mismo, previo pago de 10 dólares (que en Europa, por aquello de la burda aplicación de la paridad euro - dólar, no nos quepa la duda que equivaldrá a 10 Euros). ¿Cómo? ¿Qué? ¿Quiere decir con ello que si compro un juego de segunda mano no podré jugar online? No, sí se podrá acceder a estas funciones, pero durante un período de siete días, transcurridos los cuales deberá introducirse un código que permitirá conservar la modalidad online, independientemente de si eres o no suscriptor Gold en el caso de Xbox live. Resultado: el abaratamiento del producto por su amortización al no ser de primera mano se ve adulterado por un suplemento de diez euros que activa los modos multijugador online. Los juegos adscritos a la marca EA Sports son los primeros que se han subido a este carro, dado que son aquellos que más usan de las funcionalidades online. De hecho, la nueva entrega del simulador de golf abanderado por Tiger Woods (siempre me he preguntado si lo de Tiger es un apodo que le pusieron sus amantes a raíz de sus escarceos extramaritales o es su verdadero nombre) será quien dé el pistoletazo de salida a esta iniciativa que no ha dejado indiferente a nadie.
El carro de la segunda mano ¿se acabó el chollo?
Abordando el terreno meramente práctico y sin ánimo de ser excesivamente cargante, el consumidor que adquiere de primera mano un determinado videojuego en una tienda especializada obtiene la propiedad sobre un determinado material físico (caja, disco, instrucciones, etc), y una licencia de uso de una determinada idea, denominada propiedad intelectual, cuyos derechos de explotación siguen en propiedad de su autor. Por tanto, ello le otorga plena legitimidad para hacer un uso debido y diligente de aquello que ha adquirido (incluso realizar copias de seguridad de ese título), siempre que no responda a fines lucrativos, ya que caeríamos de pleno en el ámbito de la piratería, con las responsabilidades penales y civiles consecuentes. La cuestión que aquí radica es si la transmisión del producto conlleva una vulneración de los derechos de autor de dicha obra, a lo que me inclino rotundamente a responder de manera negativa. Los derechos de autor, exigibles por éste por ser responsable de la concepción y desarrollo de la obra original, han sido desembolsados en su adquisición, y un porcentaje (ínfimo por otro lado) de ese importe irá a parar al bolsillo del autor. Pero es que tampoco es esa la cuestión que debatimos, sino el intervencionismo de las distribuidoras en estas transacciones comerciales, que se escudan, erróneamente, en peroratas sobre propiedad intelectual, para agujerear el bolsillo del consumidor con menor capacidad económica, el de segunda mano.
La infamia tiene nombre y apellidos: Online pass
Nadie se sorprenderá si se afirma desde estas líneas cuál es la verdadera intención de las distribuidoras que apoyan esta infame iniciativa, y no es otra que sacar réditos económicos de un mercado en auge que mueve una ingente cantidad de dinero, del que ellas actúan como meras espectadoras y que responde, a pesar de que ellas no sean capaces de entenderlo, a las directrices que sustentan el libre mercado y el capitalismo imperante en la moderna sociedad occidental. Ahora bien, considero que éstas se han olvidado que las verdaderas beneficiadas de estas transacciones son las tiendas especializadas, los denominados retailers, quienes, acogiéndose a la máxima del compro barato y vendo caro, compran productos al consumidor a un precio risible para inmediatamente después, y tras darlo de alta en el pertinente stock, formar parte del cajón de segunda mano con un incremento económico que puede llegar al 300 ó 400 por ciento. Así que, y partiendo de la base de la improcedencia, desde un punto de vista tanto ético como jurídico, de esta medida, es evidente la descompensación de partes que con ella se produce, obviando el ánimo económico que el retailer adquiere (y que puede tildarse sin temor alguno de leonino) y adoptando, sin miramiento alguno, una posición despótica contra el consumidor. ¿No sería mucho más beneficioso y equitativo para ambas partes que la tienda especializada abonara un determinado porcentaje a la distribuidora en el momento de la compra del producto al usuario? Claro, en ese caso, quienes protestarían serían las tiendas, quienes tienen mucha más voz que los anónimos usuarios, y que conste que ésta también me parecería una propuesta no ajustada a Derecho, pero, al menos, supone una carga económica para aquellos que finalmente extraen pingües beneficios de esa transmisión particular y no una exigencia extra para el consumidor final, quien no debe "pagar el pato" de los abusos de las tiendas especializadas.
Las tiendas especializadas, las verdaderas beneficiadas
No puedo sino aplaudir que con el avance de las nuevas tecnologías las desarrolladoras y distribuidoras apuesten por prolongar la vida media de sus títulos mediante descargas digitales, siempre que éstas actúen a modo de suplemento del producto original. Ello demuestra una confianza y una total seguridad en su obra, pero lo que es a todas luces aberrante es la idea de mediar a modo de "cazo" en las transacciones particulares que dicho videojuego recorra en su período de vida. Aquí no se trata de compensar el esfuerzo realizado por ofrecer un material que complementa el juego original e insufla más horas de ocio y diversión, sino en seguir percibiendo rendimientos por los mismos servicios que ya se ofertaban desde la fecha de lanzamiento (e incluso menos, dado el cada vez más temprano cierre de servidores en los juegos deportivos, objetivo primario de esta polémica medida), por el simple y natural hecho de que el legítimo poseedor del artículo se desprenda de él (circunstancia ésta que responde no a un lucro propio, sino muy probablemente a la reinversión en otro juego, bien por ser éste de mayor calidad o más novedoso).
Pase por aquí si quiere comprar de segunda mano
La medida propuesta por Electronic Arts, y que ya ha sido secundada por otras distribuidoras (ya se sabe, hay que repartirse el pastel), carece de sentido alguno, tanto racional como moral, y apunta más a un parche transitorio, a un grito de auxilio, más que a una medida racional. Muy probablemente el mercado, en su aspecto más popular, le dé la espalda a este golpe de efecto y haga recapacitar a aquellos que tratan de boicotear el libre mercado y vilipendiar el exiguo caudal económico del usuario débil. Si el tiempo no nos da la razón, serán los usuarios quienes deban responder de una vez por todas. Y es que ya se acabó el poner la otra mejilla.
6 comentarios:
Ojalá se cumpla el fracaso que anuncias, Angus.
Mucho me temo que esta medida les hará obtener unos beneficios extra que de la otra forma no obtenían y aunque sean pocos los usuarios que pasen por el aro, la sigan manteniendo.
Me gustaría ver si alguien en alguno de los países donde distribuyen estas compañías intenta algo por la vía judicial y tiene éxito. Sería algo esperanzador para nosotros, el resto de usuarios.
No dudes que estaré al tanto de lo que comentas, Ukos. A ver si alguna resolución judicial le da en todas las narices a toda esta pléyade de aprovechados y metomentodo.
Yo no creo que esta práctica sea del todo legal, ya que si tu comprar una cosa tienes todo el derecho a venderlo y que el nuevo comprador tenga todas las funcionalidades que tu tenías. Lo que tienen que hacer es darte unos códigos de contenido descargable (como muchos juegos) y esto daría un valor añadido a la compra del juego nuevo. Además si tu terminas un juego y se lo quieres dejar a un colega, porque el no va a poder jugar a este juego con todas sus funciones?? Tu eres el dueño, y como si lo regalas!
saludos
Por mi parte, solo diré una cosa; play.com es mi amiga,y seguirá siéndolo, porque todos los juegos de EA (o casi todos) son Multi-5.
Ahora bien, esto está legalmente tan cogido por los pelos como "la copia de seguridad" en cuanto a vacíos legales.
Ojalá les den en todo el morro.
Gran artículo Angus. Como siempre, te metes en el meollo del asunto y lo desarrollas al máximo. No puedo añadir nada a lo ya expuesto porque coincido plenamente contigo...
¡¡¡GRANDE ANGUS!!!
Lo de Game es lamentable, sus precios de seminuevos son desorbitados, pero lo de Gamestop es peor aún, por que aún estan más caros los juegos de segunda mano.
Le tengo manía a esta cadena y más por que aquí en Coruña, la primera que abrió en la Plaza de Lugo, la gente que tiene son unos impresentables, sobre todo su encargado. He tenido malas experiencias con ellos, ya no solo por ignorancia si no por chulería. Una de sus antiguas empleadas me fue dando largas cuando les fui a por un Okami de Wii, primero que si ellos no lo tenían es que no existía, después que solo había salido de Japón, y finalmente que a ellos no les llegó ninguna copia nunca, y todo ello con unos aires de grandeza insoportables, una cosa es ser una ingorante pero otra muy distinta es ser una ignorante mala víbora.
Ojalá los mate a todos Boby Kotick y después se suicide.
Gran artículo Angus. ^^
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