Hoy en día, por más que me esfuerce, no consigo recordar ninguna otra anécdota de aquellas navidades. Ningún otro regalo. Ni si montamos el belén o sólo el árbol... Ni siguiera recuerdo el “especial de nochevieja” en televisión... En mi cabeza únicamente quedan la Nancy de mi hermana y mi fabulosa Game&Watch Multi Screen de Nintendo.
Tal y como comentábamos en la primera entrega de este artículo, entre diciembre de 1983 y Agosto de 1989 se lanzaron otras siete máquinas al mercado, que darían el cierre definitivo a la más exitosa serie de Game&Watch:
Pinball (05 de Diciembre de 1983). Poco se puede decir de esta colorida Handheld. Un pinball es un pinball... con sus flippers, bumpers y toda la parafernalia típica de los reyes de los salones recreativos.
Black Jack (15 de Febrero de 1985). Dos juegos distintos en la misma máquina. En el modo A, el Black Jack. En el modo B podemos jugar a una suerte de máquina tragaperras en la que hacer coincidir cinco números iguales deteniendo sus correspondientes ruletas mediante pulsaciones en el botón de acción. Poco más.
Squish (Abril de 1986). En esta ocasión, el juego se desarrolla únicamente en la pantalla inferior, quedando reservado el LCD superior para mostrar información del juego. El protagonista, Ziggy, es una extraña criatura azul que debe evitar ser aplastado por los bloques en movimiento que le rodean dirigidos por su antagonista Grumpy. No fue lanzado en Japón.
Bombsweeper (Junio de 1987). Otro juego que no salió al mercado nipón. De nuevo la pantalla superior no se aprovechaba para mostrar elementos jugables. El jugador, en el papel de John Solver, debe retirar las bombas que el malvado Jack lanza hacia la pantalla inferior. Para ello se tendrá que abrir paso moviendo los tabiques que le cierran el camino y así llegar a desactivar el explosivo a tiempo.
Safebuster (Enero de 1988). Debemos atrapar las bombas arrojadas por el malo de turno desde la pantalla superior moviendo nuestro personaje de izquierda a derecha con dos botones a tal efecto. Podemos reenviar las susodichas bombas hacia arriba y quitarnos de encima a nuestro enemigo por un rato. Tampoco vio la luz en Japón.
Gold Cliff (Octubre de 1988). Encarnados en un explorador/aventurero/arqueólogo (ejem, ejem), tendremos que trepar por ambas pantallas saltando de plataforma en plataforma. La dificultad reside en que las plataformas aparecen y desaparecen alternándose. El premio por llegar arriba es un tesoro que tendremos que recuperar una y otra vez. Una cruceta y un botón de salto son los controles de un juego demasiado simple para el año 1988, a pesar de su alta dificultad y duración (144 niveles repartidos en 24 fases).
Zelda (Agosto de 1989). Link, debe liberar a la princesa Zelda. Para ello necesita 8 piezas del triforce custodiadas por ocho dragones en sus respectivas mazmorras. Seguro que a estas alturas de la película no sorprende a nadie el hilo argumental de la última Multi Screen (y penúltimo lanzamiento de las Game&Watch). En realidad tampoco sorprendió a nadie por aquel entonces debido a que ya habían visto la luz los dos primeros títulos del icono aventurero.
La acción se desarrolla principalmente en la pantalla inferior, donde Link debe luchar para abrirse paso hasta las escaleras que le llevan al combate con cada Dragón, esta vez sí, en la pantalla superior.
Todas las máquinas de la serie compartían las mismas dimensiones y peso (a excepción, claro está de las tres ovejas descarriadas), se movían gracias a un par de pequeñas pilas de botón custodiadas por una tapita con tendencia a perderse, y contaban con el mismo tipo de cierre en click que con el paso de los años terminaba cediendo.
Estéticamente se diferenciaban por los variados colores de sus carcasas, así como por las graciosas imágenes que las adornaban.
Vistos en perspectiva, cualquiera de los títulos lanzados después de la efímera variación en la disposición de las pantallas parece desentonar de algún modo con su predecesores. Como si Nintendo hubiera modificado su política. El hecho de que algunos no salieran en Japón, junto a las temáticas más occidentales y el desaprovechamiento insultante de la doble pantalla, convierte los siete últimos desarrollos Multi Screen en casi una subserie por si misma. Y aunque los más mitómanos aseguran que la excesiva longevidad de las multipantalla mereció la pena por el hecho de traernos la máquina dedicada a Link, todo hace pensar que la Gran N estaba por aquel entonces dedicada en cuerpo y alma a consolas de sobremesa, e incluso tenía ya GameBoy en la mesa de dibujo. No en vano, la salida a escena de Zelda coincidió con ésta última.
Han pasado unos cuantos lustros desde aquellas navidades. Mi hermana sigue conservando su Nancy como si de un tesoro se tratara. Con su caja original en perfecto estado, ¿quién me iba a decir que aquella muñeca duraría más que mi videojuego? Y es que por aquel entonces yo era bastante veleta, terminé perdiendo aquella maravillosa maquinita que me obsequió Papá Noel. La he buscado y buscado por cajas y armarios a lo largo de los años. En casa de mis padres, en la casa del pueblo, en trasteros y buhardillas... Nadie en mi familia recuerda qué fue lo que pasó con mi pequeño tesoro, pero sigo convencido de que aguarda nuestro reencuentro cogiendo polvo en algún rincón... ¡Toy Story, qué has hecho de mi!
Otros artículos relacionados:
3 comentarios:
Para los que no vivimos esa época ver lo que había en el pasado hace que nos demos cuenta de cómo y cuanto han avanzado...
Y me da un repelús al pensar que Noentiendo me gustaba antes, no ahora.
Yo si recuerdo haber tenido alguna de éstas maquinitas en mis manos, ya con siete u ocho años, y eran la hostia, haaaaay! que voy pa viejo xD.
Hombre estas sí fueron muy vistas en su momento. No es extraño encontrarlas por ahí.
Publicar un comentario