Hoy hace una semana del lanzamiento de Far Cry 3: Blood Dragon, un spin-off ochentero de Far Cry 3 que está basado en sus mecánicas, motor y entorno. El juego ha sido bastante bien recibido por crítica y jugadores, y aparentemente el director creativo del juego, Dean Evans, ve potencial en el título.
Se ha podido saber a través de Michael Biehn -el actor que da voz al protagonista, el Sargento Rex Power Colt- que Dean Evans estuvo ayer día 6 reunido con jefazos de Ubisoft, posiblemente para proponer y discutir la posibilidad de una secuela -o incluso una franquicia- para Blood Dragon.
Por desgracia aún no he tenido el placer de probar este juego en profundidad -no por falta de ganas, os lo aseguro- pero lo que he visto me hace entender por qué ha gustado y por qué se merece ser algo más que una expansión standalone de Far Cry 3. Más allá de la estética y la ambientación cyberpunk ochentera que ya de por si es una apuesta interesante, el juego tiene un humor basto -y en cierto modo autocrítico- que hacen del inicio el tutorial más divertido que hayáis probado, oyendo al protagonista quejarse y maldecir por tener que hacer cosas tan básicas como mirar o moverse en lugar de masacrar enemigos.
Y qué demonios, el juego mola porque tiene cíber-dragones que disparan rayos láser y derriban helicópteros. Y porque llevas un cíber-comando. Con cíber-pelotas.
Y qué demonios, el juego mola porque tiene cíber-dragones que disparan rayos láser y derriban helicópteros. Y porque llevas un cíber-comando. Con cíber-pelotas.
Podéis haceros una mejor idea de cómo se las gasta el juego viendo su tráiler de lanzamiento, que encabeza la noticia. O con el tráiler oficial, "Mark IV style, motherfucker".
Fuente: PCGamer
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