Child of light: El arte por bandera


En una industria, la del videojuego, donde la originalidad y el elemento artístico parecen no tener cabida dado el afianzamiento y vertiginoso crecimiento que ésta ha sufrido en tan sólo cuatro décadas, así como el acomodamiento de los gustos del consumidor, el surgimiento de propuestas que se desmarcan de lo establecido y que denotan un plus de esfuerzo y dedicación, aunque conscientes de su relativa penetración en el mercado, supone no sólo un soplo de aire fresco a un sistema aparentemente hierático y acomodado, sino una sensación reconfortante y sorprendente para el consumidor que trata de alejarse de rutinas y caminos prefijados. Así, dentro de este gran conglomerado que conforma el universo del videojuego, y donde cantidades ingentes de dinero están en el aire con cada proyecto que ve la luz (o que se queda por el camino), aparte de las grandes desarrolladoras con productos vastísimos y multimillonarios, encontramos estudios independientes más orientados a realizar títulos con claro toque personal y, por encima de todo, con una expresividad artística desbordante.


Tal es el caso de obras como BraidMachinariumLimbo Fez, que vienen  a recordarnos que a veces la clave del éxito no está en el fotorrealismo o en la potencia gráfica, sino en la accesibilidad y la capacidad de atrapar al jugador que un juego pueda poseer, y estos ejemplos han dado buena cuenta de ello. Tanto es así que algunas de las grandes potencias de la industria han visto en este tipo de juegos, de desarrollo mucho menos prolongado en el tiempo, una oportunidad de conseguir rentabilidad a corto plazo y una buena reputación al apoyar proyectos diferentes que aportan nuevas experiencias a los jugadores más descreídos. Así, Ubisoft Montreal, responsables de grandes sagas como Far cryPrince of Persia o Rainbow six, ha sido quien, gracias a Child of light, nos ha hecho volver a creer en el halo fantástico de los videojuegos, introduciendo historias aparentemente infantiles, pero cargadas de un gran lirismo y sentimiento artístico, sin olvidar las mecánicas jugables que recuerdan, en su ejecución, a intocables sagas de rpg japonés como, entre otras, Final Fantasy.

Child of light apuesta firmemente por el preciosismo estético, logrando resultados espectaculares

Child of light es un videojuego que entra por los ojos por su trabajado aspecto técnico, entre lo pictórico y el cartoon (merced al revolucionario motor gráfico Ubi Framework), que nos dejará boquiabiertos en sus primeros compases por lo fluido de su animación y por lo inmersivo de su historia, y que propone un sistema jugable de rol clásico, en scroll lateral en dos dimensiones, con el consabido sistema de mejora de atributos del personaje y un sistema de combate por turnos que fomenta la estrategia y la toma de decisiones. Bienvenidos al mundo mágico de Child of light.

A pesar de las evidentes influencias de Super Mario BrosBraid brilló con luz propia por sus aportaciones artísticas

Entrando ya en el apartado musical, la banda sonora del juego, una de sus grandes bazas, corre a cargo de Coeur de Pirate, que no es sino un seudónimo de la joven compositora y pianista canadiense Beatrice Martin. Con tan sólo veinticinco años, Martin ya ha publicado dos discos de estudio, con un estilo musical que se asemeja al practicado por nuestra Leonor Watling y su grupo Marlango (aunque en su último disco la canadiense ha abrazado unos resortes más cercanos al pop comercial), o el olvidable intento musical de Scarlett Johansson con Tom Waits, y siendo su anterior trabajo la creación de doce canciones para la serie de televisión canadiense Trauma. Su dominio del piano y su tono de voz delicado, casi susurrante, fue lo que convenció a Ubisoft para que le encargasen la difícil tarea de poner música al distinguido videojuego Child of light. Y el acierto ha resultado ser incontestable, puesto que la banda sonora no sólo se ajusta como anillo al dedo a las imágenes que el juego desprende, sino que su escucha independiente resulta igual, o más placentera si cabe, por su marcado afán melódico y su incombustible sensibilidad.

Ensemble fue uno de los temas estrella del álbum debut de Coeur de Pirate

La banda sonora de Child of light puede dividirse, desde un punto de vista pragmático, en dos mitades, a saber: aquellos temas de clara inspiración intimista, recogida y donde el piano sobresale en melodías tarareables ejecutadas con dulzura y sentimiento y que resultan de agradable escucha; y aquellos otros donde sale a relucir el ambiente fantástico, aventurero, que poseen aires épicos y que se alejan de la música de cámara y apuestan por la espectacularidad y los fuegos de artificio, dando paso a la percusión y al protagonismo orquestal. No en vano, la interpretación de estos últimos temas le fue asignada a la Orquesta Sinfónica de Bratislava, y su labor es poco menos que sobresaliente en una obra ejemplarmente funcional y efectiva tanto dentro como fuera del videojuego que le sirve de contexto.

Temas como Pilgrims on a long journey, que abre el disco, Aurora's theme, referido a la protagonista del juego, Final Breath (una sentida variación del tema de Aurora exclusivamente a piano y cello), Patches of skyLeave your castle o Woods darker than night sitúan al piano como protagonista indiscutible, aportando la  melodía que sirve de eje al resto de instrumentos, y que generalmente son cuerda (violines y cello), y en otras ocasiones se adereza con el uso de flauta y alguna guitarra aislada, creando una atmósfera mágica con la que el oyente conecta de inmediato y que le transporta, si cierra los ojos, a un universo fantástico donde la imaginación impone el único límite. Quizás a modo de crítica se le pueda achacar a la compositora el abuso en la repetición de esquemas musicales, creando compases bellos a nivel estético y armónico, pero de los que,en cambio, abusa y peca de profundizar en progresivas variaciones.


A pesar de su juventud, la madurez musical de Beatrice Martin augura un prometedor legado

No obstante, resulta encomiable el trabajo al haber dotado a cada tema de una personalidad propia y el no haber, en la gran mayoría de su duración, ideado la composición alrededor de un único tema (algo que es muy habitual en las obras musicales para cine). Por otro lado, en el otro lado de la balanza, y en igualdad de equilibrio, se sitúan cortes como Jupiter's lightningDark creaturesMetal gleamed in the twilightHymn of light o C'était salement romantique, de ritmo mucho más acelerado, con predominancia del subrayado orquestal (con sorprendentes coros en el caso de C'était salement romantique), y que ilustran los enfrentamientos con las criaturas enemigas más despiadadas del juego. Al contrario que lo que se pueda pensar, estos temas no están desprovistos de un adecuado trabajo en las melodías, siendo evidente la mayor dedicación y esfuerzo pormenorizado que estos fragmentos, dada la polifonía y el empleo de diversos instrumentos que deben armonizar entre sí, exigen.

Saber disfrutar de la banda sonora de Child of light es toda una experiencia sensorial

Como colofón a la excepcional banda sonora instrumental, el disco se cierra con un tema cantado, Off to sleep, en la que la propia Beatrice Martin pone su voz, al tiempo que, como en el resto de la obra, toca el piano, mostrando una exquisitez y un regusto melódico dignos de aplauso. A pesar que la banda sonora completa alcanza los 92 cortes, la versión comercial distribuida a través de medios digitales tan sólo recoge 19, pero que, dentro de lo negativo, recoge una nutrida e ilustrativa selección de temas de una banda sonora que rebosa belleza y expresión artística, sirviendo como perfecto telón de fondo musical para un juego único, al tiempo que, en absoluto, desentona en nuestra estantería musical para una gustosa escucha independiente. Buenas noches, y recordad, que la oscuridad nunca consiga cegar vuestro sueños más luminosos.



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