¿Cómo mejorar lo inmejorable? Posiblemente esta es la pregunta que se formuló Ubisoft Montpelliere y su encargado, Michel Ancel, al terminar el desarrollo de la primera parte, “Rayman Origins”. Un Michel Ancel que, por cierto, es una de las mentes más brillantes de la compañía gala. Precisamente de esa imaginación (y su buen rollo) salieron juegos como el primer “Rayman” o el gran “Beyond Good and Evil” hace ya dos generaciones.
Sí, Rayman es un pollo; ya descubriréis porqué.
Cuando
te pones a los mandos de este “Rayman
Legends”, todo resulta familiar. Los controles, prácticamente perfectos de por
sí, apenas han sido modificados para no empañar la experiencia que vivimos en
2011 con “Origins”. Pero desde Ubisoft Montpelliere si que han decido dar un
alto adelante tanto en el apartado técnico como el artístico. “Rayman Legends” es más oscuro que su
antecesor. Pero no por ello es más feo, al contrario, incluso diseñando
monstruitos de las profundidades del infierno, Ubisoft Montpelliere es un
estudio lleno de auténticos fenómenos de
la animación y el diseño de personajes.
Como
decía, es un “Rayman” más oscuro y épico; pero por nada del mundo se desprende
de ese humor, buenrollismo (llámelo
X) que hacía de “Origins” un juego especial sin ninguna posibilidad de discutir
esta última parte.
El que no vea un homenaje a "Super Mario Bros", que tire la primera piedra.
Hablando
del apartado gráfico, “Rayman Legends” ha sido remodelado con elementos en tres
dimensiones, sobre todo en los jefes finales, que dota al juego de una nueva
dimensión de posibilidades estéticas. Pero insisto, esta inclusión de elementos
y personajes en tres dimensiones no altera la experiencia jugable, es más,
estoy seguro que desde el estudio
podrían haber optado perfectamente por presentar a los jefes finales de la
misma manera que en “Origins”, en dos dimensiones.
Una
vez te adentras en los mundos de “Legends” vas dándote cuenta de la importancia
de un buen diseño en un videojuego. Hablamos de niveles rápidos (frenéticos en
muchos casos) donde vas a ver cien mil millones de elementos por pantalla
moviéndose al son de la música y todas con unas animaciones asombrosas; pero
también hay cabida para esos niveles más lentos donde hay que pensarse cada
salto antes de ejecutarlo.
Conforme
vas completando las fases, el jugador se va percatando de la pasión de Ubisoft
Montpelliere por los detalles. La conclusión a la que llegué es la de que el
estudio ha realizado unas de las acciones más nobles que se puede hacer en una
secuela, mejorar lo que parecía un lastre en la precuela. En “Rayman Legends”
no hay prácticamente niveles acuáticos. Soy de los que, en muchas ocasiones, consideran
estos niveles tediosos y un verdadero trámite para seguir. Pero resulta que en
“Legends” incluso los niveles acuáticos me han enamorado. ¿Cómo puede ser?
Ubisoft sabe que para mantener la atención del jugador debe mantener el asombro
de este en cada momento. Para ello, revoluciona los niveles acuáticos
introduciendo una serie de elementos (que deberéis descubrir) para que el
jugador se asombre en estos niveles. En el momento en que juegas estos niveles
y los completas te das cuenta que estás ante un juego donde todo está calculado
al milímetro, podríamos decir que “Rayman Legends” es un juego de diseño dentro
de los plataformas. Un juego que atrae incluso a aquellos que no están jugando.
Más de una vez me ha ocurrido que gracias al apartado sonoro del juego, mi
cuarto ha terminado llena gente interesada en ver el juego.
Este nivel se hace llamar "The Amazing Maze" y os puedo asegurar que posee uno de los diseños más brillantes que recuerdo en los últimos años.
Leía
en “Joystiq” la review y el redactor
decía que es el típico juego de plataformas en el que llamas a familiares y
amigos para que te vean jugar y finalmente, incluso aquellos que no juegan
acaban entreteniéndose. Sobre todo en esas maravillosas fases musicales donde
hay que saltar, aporrear y deslizarte en el momento preciso siguiendo las
pautas rítmicas de la música. Una delicia para los oídos, la vista y los dedos.
Una vez terminas el juego, se desbloquea un mundo musical donde juegas a todas
estas fases en versión 8-bit. Sinceramente, no sé con cual quedarme, si con la
versión instrumental o en 8-bit. Porque ambas versiones son un gozo.
Una
vez acabas “Legends” te invade una sensación muy dulce, pero lo mejor de todo
es que incluso viendo (y rompiendo) los títulos de crédito finales, el jugador
tiene esa sonrisilla en la cara. Una sonrisilla que te indica que estás ante un
juego sin igual. Merece, por tanto, estar entre los elegidos a SOTY 2013. Quizá
no sea el mejor juego de la lista (de hecho no lo es), pero sin duda estamos
ante un juego que cumple con la misión que se propone (o debería proponerse) un
buen videojuego, divertir al que lo juega.
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