Análisis:Las aventuras de Tintín. El secreto del unicornio


No nos engañemos, la leyenda que planea sobre las penosas adaptaciones al videojuego de licencias de películas no sólo es completamente cierta, sino que es absolutamente merecida. Los ajustados tiempos de desarrollo, siempre pendientes de disponer del juego finalizado en las fechas de estreno de la correspondiente película condicionan, y mucho, el resultado final de estos juegos, lo que desemboca no sólo en una discutible imagen del estudio desarrollador, sino que acrecienta la relación amor-odio entre cine y videojuegos. Por otro lado, la gran cantidad de obras cinematográficas basadas en el universo del cómic de superhéroes que pueblan últimamente las salas de exhibición han generado un aluvión de juegos de mediocre calidad que no están a la altura de la licencia inspiradora (véase Thor, Iron man o Linterna verde) y que abundan en esta tirante diatriba. Por ello, a veces la ocasión más insospechada es la que viene a reivindicar el cese de este prejuicio, y Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio supone un grito de rabia que, por motivos propios, merece un hueco en la estantería.

Dos de los más grandes artífices de la factoría de sueños actual, Steven Spielberg y Peter Jackson, decidieron atreverse a plasmar en pantalla las hazañas del reportero Tintín, basándose, con la mayor fidelidad posible, en los cómics del belga Hergé. El resultado no sólo no ha pervertido la concepción original de la obra literaria, sino que ha conseguido elevar este film a los altares de la innovación tecnológica gracias a un prodigioso sistema de animación digital que hace casi imposible distinguir entre la realidad y la ficción. La unión de estos dos pesos pesados de la industria cinematográfica ha conseguido rescatar del olvido y actualizar a los nuevos tiempos un personaje de inspiración clásica y sumirlo en unas aventuras al más puro estilo Indiana Jones sin perder un ápice de su personalidad y estilo europeo. Pocas veces crítica y público se dan la mano, y ésta ha sido una de ellas.

Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio, como todo videojuego amparado en una franquicia cinematográfica, ha sido concebido como un título multiplataforma que, a grandes rasgos, es completamente igual en todas sus versiones, a salvo de las consabidas limitaciones gráficas de las portátiles y algunas exclusividades que añade, por ejemplo, la versión de Xbox 360 (la que es objeto de análisis), con la inclusión de minijuegos que explotan el uso del dispositivo Kinect, pero que, en general, no proporcionan una experiencia de juego superior a las que ofrecen el resto de conversiones. Ubisoft ha querido darle un mimo especial a este título, quizás por la cercanía de su personaje (recordemos el bodrio que perpetraron con Avatar), o por la trascendencia de la saga literaria en la que se basa. De cualquier manera, el juego en cuestión ha resultado un soplo de aire fresco y una declaración de intenciones, que quiere romper con esa maldición en la dicotomía cine - videojuego.

 El 70% del videojuego discurre en scroll lateral, algo que invita a la lagrimilla

El juego sigue a grandes rasgos el argumento que ya ofrece la película, aunque introduce algunas digresiones lógicas que aumenten el tiempo de juego, pero sin adulterar la estructura narrativa y argumental de la cinta. Las aventuras de Tintín apuesta por una combinación arriesgada de estilos que fluye entre el scroll lateral de dos dimensiones tradicional (sin duda las mejores partes del juego) y las tres dimensiones con inserciones cinemáticas. En el primer caso, nos encontramos ante un plataformas clásico con miles de influencias pero realizado con desparpajo y con un diseño de niveles muy acertado (no faltan elementos de Super Mario World, Rolling Thunder e incluso el mítico Flashback), donde deberemos deshacernos de unos enemigos no excesivamente poderosos, pero que obliga a hacerlo usando mecánicas de sigilo y estrategias propias del puzzle. Así, deberemos activar palancas, bloquear engranajes, nadar por mundos subacuáticos y utilizar elementos del entorno para eliminar a los enemigos, lo que aleja al título del típico juego lineal machacabotones. En las fases tridimensionales se reservan las secuencias más espectaculares, aquellas que nos recuerdan al hermano recién nacido de Uncharted, donde asistiremos a persecuciones o a huidas frenéticas de accidentes naturales acechantes. También se han reservado fases de combate gracias a los episodios de capa y espada que posee el texto y que, a pesar de su sencillez y su mirada cómplice al dispositivo Kinect, no paralizan en exceso el ritmo del juego.

Las 3D hacen acto de presencia en los momentos más espectaculares

Si de algo puede presumir el juego analizado, eso es su variedad. Y es que los desarrolladores no se contentaron con ofrecer un desafio al jugador consistente en plataformeo puro y duro con inserciones de combate, sino que además han optado por introducir algunas fases de conducción, en las que pilotaremos un hidroavión o un sidecar, y donde, en función de la acción, deberemos eliminar enemigos que salen al paso o bien sólo esquivar obstáculos y encontrar la salida. Son fases meramente funcionales y de transición que, aunque puedan llegar a tornarse repetitivas, evidencian el compromiso del estudio desarrollador de no caer en la monotonía. Por otro lado, no manejaremos siempre al personaje principal, aunque sí en la mayor parte del título, sino que las fases de combate espada en mano, encarnaremos al Capitán Haddock, y en otras tendremos que hacernos valer del inseparable perro Milú para llegar a zonas inalcanzables por el ser humano o buscar pistas para el siguiente objetivo gracias a su gran sentido olfativo. Son pequeños detalles que amenizan la experiencia de juego y que el usuario agradece en un juego que, a priori, no tenía razones para arriesgar.

A nivel gráfico, dentro de sus limitaciones, el juego cumple con creces sus pretensiones. Las animaciones son muy fluidas, denotan trabajo y dedicación, e incluso las secuencias jugables están más logradas que las cinemáticas, donde se pueden apreciar sin rubor alguno errores prototípicos, como los dientes de sierra, el clipping o la carencia de detalle poligonal. No es éste un juego llamado a ser un referente gráfico, ni siquiera se lo propone, pero es innegable que a su acabado técnico en lo puramente visual no se le puede poner ningún tipo de pero, aunque obviamente el resultado final no pueda ser comparable al grado de perfección que se alcanza en la película que sirve de influencia al videojuego. Quizás éste sea el denonante por el cual Ubisoft ha querido cuidar el apartado gráfico, el de no quedar en una notoria situación de agravio comparativo respecto al alarde técnico que supone la obra del tándem Spielberg - Jackson. Tampoco se queda atrás el aspecto sonoro, que viene potenciado por un gran doblaje y localización al castellano, muy cuidado en cuanto a la interpretación y modulación de las voces, amen de una banda sonora que se adapta con acierto al devenir de la acción merced a una composición orquestal que alterna con canción popular francesa y composiciones de estilo jazzístico (recordemos que la banda sonora del film corre a cargo del insigne John Williams, por lo que el listón de referencia estaba francamente alto). Todo ello genera una sensación de esforzado trabajo y un firme ánimo de no descuidar ningún aspecto que pudiese provocar la ira de los conocedores de la saga Tintín. 

 No, no es Sam Fisher ni Solid Snake, es un reportero con tupé el que te va a canear.

En cuanto a su duración y dificultad, hay que decir que Las aventuras de Tintín tiene un público objetivo muy definido, y es el infantil, aunque los más talluditos puedan también disfrutarlo al querer encarnar a un héroe literario de su juventud. Es por ello que el juego no es nada exigente, aunque su incensante ritmo y su variedad de situaciones ocultan o disimulan inteligentemente la accesibilidad del producto, y es que éste ha apostado por las plataformas y los puzzles como instrumento de diversión, no como un reto de carácter racional que provoque el bloqueo del jugador. Y otra cosa no sé, pero de diversión y entretenimiento el juego va sobrado. Como no sólo de campaña vive el hombre (un modo que se finiquita en unas cinco horas, aunque invite a la rejugabilidad por el afán de aquellos que gustan de conseguir todos los tesoros), el juego se completa con un curioso modo cooperativo independiente de la campaña que amplía el elenco de personajes a manejar y que consta de diversos niveles bidimensionales que aportan una experiencia de interacción entre dos jugadores con recompensas (a mayor puntuación lograda acumularemos más dinero para gastarlo en elementos desbloqueables para los personajes). Además, dispondremos de desafios de combate o de conducción que aumentará nuestro listado de logros (en el caso de Xbox 360, éstos se podrán controlar a través del sensor de movimiento Kinect), minijuegos de escasa duración y que no van más allá de la mera anécdota. Ante la ausencia de modo multijugador (y que tendría poco o nulo sentido en caso de haber sido introducido) el cooperativo se antoja como una alternativa válida y una prolongación a la experiencia de juego que aporta la intensa aunque algo escasa campaña.

Las secuencias de conduccion, dentro de su sencillez y facilidad, ofrecen momentos intensos

En definitiva, Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio es uno de esos juegos que, por derecho propio, merece ser jugado, aunque sólo sea por una vez, por la magnífica sensación de aventura que destila, por su cuidado, dentro de sus exigencias, apartado técnico, por el inteligente diseño de los puzzles y de la forma de eliminar a los enemigos que, lejos de incidir en la exigencia, reivindica un sistema ágil y accesible. Un juego que te mantiene constantemente con una sonrisa en la boca, con momentos realmente sorprendentes y destacables, dotado de un halo de magia y de magnetismo que te transporte a una edad pretérita, y que te hace olvidar que estás manejando un "muñequito" en pantalla. Me atrevería a afirmar que este título merece estar en toda estantería jugona, pero eso sí, aprovechad una rebaja sustanciosa, ya que aunque dispone de diversos modos de juego, lo cierto es que su vida útil no es excesivamente prolongada. ¡Chapeau por Ubisoft!


6 comentarios:

Dennis el Azul dijo...

Seguramente me lo pille cuando baje a 20 l'erus (ya que dura poco), porque tiene pintaza. Quizás la bajada coincida con la salida de la película en DVD.

Víctor Fernández (Gen.Harris) dijo...

Has despertado mi curiosidad. Tal vez intente hacerme con este juego :D.

Rolandir dijo...

Este caerá cuando lo vea a cinco euretes en la canasta de ofertas del Game ;o)

Angus dijo...

El juego está ahora a menos de 20 Euros en importación (con voces en castellano). Por ese precio merece la pena el desembolso.

pamundi dijo...

Tenía dudas pero me habeis convencido, voy a mirar a ver donde está baratillo y uno más para la colección.

Lupita Belmonte dijo...

Es una película muy buena y lo mejor es que el videojuego de Las Aventuras de Tin tín también lo es, pues además de que recordamos a los divertidos personajes de comics, se pasaun rato agradable ya que la historia es muy interesante y lo mejor es que parecen casi reales los personajes; película muy recomedable para toda la familia.

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